LA VIEJA CABAÑA
Preferiste el dinero y el oro,
que en el monte mi vieja cabaña,
y corriste olvidándolo todo,
con la astucia que teje una araña.
El destino nos puso de frente,
y la suerte también cara a cara,
es posible que ya no recuerde,
si tus labios marcaron mi almohada.
Y tal vez no te acuerdes de nada,
de aquel beso profundo y callado,
no te olvides que así entrelazada,
algún día dormiste a mi lado.
Este mundo es pequeño y curvado,
y voltea su rostro y nos mira,
al tomar con su brazo alargado,
y volver con la oveja perdida.
Hoy regresas cansada y herida,
y tu orgullo se esconde y se muere,
en feroces batallas de vida,
hoy debiste volver porque duele.
En el fondo no se si me quieres,
y tus ojos suplican llorando,
regresar a las cuatros paredes,
de la vieja casita de antaño.
La codicia, el dinero, el peldaño,
te cegaron al ver que era pobre,
y por fin entendiste aquel daño,
que le hiciste al cortar aquel roble.
Tu arrogancia, la plata y el cobre,
fueron más que la altiva montaña,
pero nunca más grande y más noble,
que el amor…de la vieja cabaña.
Osmani Llombart
Nimaos
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